viernes, 28 de agosto de 2009

(borrar del pizarròn tus muñequitos)

Hay veces, quizàs situaciones, tal vez demasiadas, que el mundo (ese universo arbitrario) nos cruza en un mismo espacio y tiempo desencontràndonos. El otro día, a pesar de la risa, a pesar de las manos en la cara y en las manos, no fue màs que un desencontrarse. Porque no aquì, porque no ahora. Porque quizàs despuès (cuando no tanto) hubiese sido mejor tal vez cruzarse.

domingo, 23 de agosto de 2009

pastiche

Cuando yo uso una palabra en mi no existe el tiempo; se abre el vacío sin pudor, me doy el lujo de ser mala sin pragmatismos en una puerta sin importancia. Despierto a las horas (que mentì que me faltan), esos demonios.

sábado, 22 de agosto de 2009

Cuando yo uso una palabra --insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso-- quiere decir lo que yo quiero que diga..., ni más ni menos.
- La cuestión-insistiò Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
- La cuestión- zanjó Humpty Dumpty- es saber quièn es el que manda, eso es todo.
Alicia se quedó demasiado desconcertada con todo esto como para decir nada; de forma que tras todo esto Humpty Dumpty empezò a hablar de nuevo:
-Algunas palabras tienen su genio... particularmente los verbos..., son los más creídos..., con los adjetivos se puede hacer lo que se quiera, pero no con los verbos..., sin embargo, ¡yo me las arreglo para tenérselas tiesas a
todos ellos! ¡Impenetrabilidad! Eso es lo que yo siempre digo.

jueves, 20 de agosto de 2009

en mi no existe el tiempo
           o existe demasiado
como una carrera delgada
tan ràpida
que - se vuelve - 
imposible de seguir sin soltar manos
arrojarlas al abismo real
                 del mundo real
                 del mundo que es màs quieto;

                 y compartido

lunes, 17 de agosto de 2009

Se abrió el vacío sin pudor, el día se hundió entre piedras y baldosas.  Ahora fue la noche, el día de la cama vacía, de los ojos cerrados, las horas de no ver(se).
Mis pies se hundieron también un día en la selva, entre tanto lodo y verde a los costados.
Ya ves que el mundo no sólo nos traga en la ciudad. No me olvido de aquella vez en que casi me come el mar con el manotazo de una ola.
El mundo es carnívoro. Y tiene hambre.  

viernes, 14 de agosto de 2009

jueves, 13 de agosto de 2009

pragmatismos


A veces en casa cuando se abre la canilla salen peces. Si es la de la bañera cuando está el tapón puesto quedan ahí coleando. Un jardín japonés en el ala izquierda de la casa. A diferencia, cuando están en la cocina no corre la misma suerte para los peces, sí para la señora que prepara la cena, zás!, fillet de merluza a las nueve de la noche. Cuando la canilla que se abre es la de la bacha del baño tampoco se desperdicia, eso si, los peces se mueren a la larga, pero el olor evita que a los invitados les dé vergüenza hacer el dos.

lunes, 10 de agosto de 2009


Que siempre arruino el momento cuando alguien me dice algo lindo porque hago un chiste, o no le creo y la otra persona se termina por enojar. Que me miré las manos con las uñas recién pintadas de rojo y las tenía amarillas, como las de mi madrina en el cajón y que me acuerdo de sus manos y no de su cara. Que estaba fría, helada, al igual que mi abuela, que yo le cubría la mano en un vano intento porque no se le congelara.
Que me acuerdo de cuando me dijiste que el flequillo me quedaba feo y me lo quise sacar, pero no sabía cómo. Y vos me diste la tijera para que me lo cortara bien cortito, que no se notara. Y me quedó como un cepillito, horrible y que no me crecía más.
Me acordé de la pobre esperanza que gemía porque no se sabía atar el zapato. Sentadita en el cordón de la vereda y mis manos ya estaban demasiado grandes para ayudarla.
Que todavía tenía bronca por haber perdido el cuaderno rojo, y que me sentía una hormiga perdida en un cuerpo tan grande.
Te conté todo eso, y te dije que no era por Juan. Y me creíste.

domingo, 9 de agosto de 2009

En una puerta sin importancia
despierto a las horas
advirtièndoles
que soy un bicho con mucho hambre,
que mis manos, a pesar de pequeñas,
tienen la fuerza de una hiena.

Les digo: horas, casi tiempo
no son las ùnicas que duermen.
Detràs de esta alegrìa tengo una furia dormida
Se puede despertar

sábado, 8 de agosto de 2009

LA FALTA

La oscuridad subìa por mi pelo, tiñendo cada hebra, marchando hacia arriba como un enambre de hormigas negras. Una marea de sombras rompiendo sus olas en mi cabeza. Salpicando en lo salvaje del movimiendo. Dibujando lunares en mi cara con su tinta indeleble.
La oscuridad: ese hermoso pozo infinito de làgrimas cuadradas, de làminas de petròleo. Tumbas de recuerdo, fuente del olvido.
He aquì la soledad, desprendièndose del suelo, subiendo por las tiras que se arrastran. Esta corriente de rìo oscuro se desparrama entre los mechones, sube a chorros por los diminutos canales que se abren entre las briznas. Va ganando terreno, a veces como espasmos que empapan centìmetros enteros con el romper de una ola. Cubre de lleno con prolijidad los pelos de la nuca. Envuelve la totalidad del cuero cabelludo con una especidad parecida a la negrura de la brea. Llega a las raìces. Abre los poros como tùneles. Llena la cabeza de oscuridad. La oscuridad de vacìo.

martes, 4 de agosto de 2009

Detesto la palabra vaho. Con toda mi alma. La detesto porque es tan asquerosa como el concepto al que refiere. Y las palabras, por algo son palabras y no las cosas mismas. Porque por alguna razón elegimos poner letras en el papel y no, por ejemplo, el olor a mierda.

Pero con vaho no pasa. Elegimos poner las letras, la palabra, y pegamos en la hoja la cosa misma. El olor a mierda. Pasa eso también con palabras lindas. Puente por ejemplo. Podríamos no conocer su significado y con el sólo hecho de pronunciarla sabríamos que se trata de una conexión entre dos puntos, una posibilidad de llegar a la otra orilla. Parecería entonces que no todo en el lenguaje es arbitrario. Pero, ¿qué se gana con eso? Encontrar mierda al dar vuelta la página.

Hay que hacer: La revolución, acabar con la lucha de clases y los órdenes verticalistas, un fin de semana más largo y la restitución de la arbitrariedad que une a la cosa con la representación-palabra.

lunes, 3 de agosto de 2009

otros demonios


Hace unos días cerré los ojos, miré mi mano izquierda y vi un punto negro brillando en mi puño. Lo apreté a medida que se iba haciendo más grande. Tanto que tuve que empezar a descubrirlo corriendo la piel a los costados. Era negro, brillaba. También era duro, una dureza fina que hubiese hecho ruido si la chocaba con mis uñas. Corrí la piel desesperadamente para terminar de sacar la negrura de que salía de mi cuerpo, y el punto devino bicho. Garrapata. Sacudí bruscamente la mano. La garrapata cayó panza arriba. Antes de terminar de caer le crecieron frenéticamente patas de araña.

Ver esas patas histéricas me sirvió para gritar frente a mi podredumbre. Despertarme con mi propia voz.

Hoy en cambio soñé que apuñalaba a un hombre (lo merecía). Recuerdo cada uno de los cuchillazos. Recuerdo el movimiento de mi mano y el estremecer de sus tripas.

No sé por qué me quejaba de mi insomnio.

sábado, 1 de agosto de 2009

clara y marìa se dan la mano

Corren los dìas.
Se deshacen las palabras
los cuerpos ya no escuchan.
Las manos ya no encuentran
.
Pedro quiere decir y no puede.


Marìa se esconde detràs de un pueblo. Marx entiende lo que pasa hoy. Yo ni siquiera puedo conmigo y tigo otra vez se dio a la fuga.

No festejemos la independencia, creeme es mentira.

Y què con las uñas de la duda, con los gritos del asco, con el miedo de abrir los poros, con la bronca al cuello.

Creeme, es demasiado,
Y asì no se puede,
con tanta sal y agua a los costados.

Marìa vuelve del pueblo apesumbrada
Clara la desespera en la ciudad con un ogronte que inunda las calles,
las manos,
que invade la cocina.

Y asì no se puede

parate en tu banquito Claraoscura
hagamos la revoluciòn.