jueves, 27 de octubre de 2011

URNOTALONE parte II

http://nidosentupelo.blogspot.com/2011/08/u-r-not-alone.html

Si tiro mi silla de ruedas al mar no me quiero arrastrar. Me refiero... no sè  a què me refiero ¿a mostrarme castrada? La cuestiòn es que no quiero reptar hasta encontrar una silla nueva y así rodar como la lisiada que soy. Si tiro mi silla de ruedas al mar es porque creo, en algo creo.
No creer es lo que siempre supe hacer, no creer en nada ni en dios, el diablo, papá noel, papá sólo. No creer es duro asì que por algún tiempo cuando me preguntaban si entonces era nihilista decía que no, que yo creía en el amor. 
Yo no sé què es creer en el amor ¿creer en las personas, en la tierra, en las plantas? Creer es un verbo difìcil.
Y sino creo ¿por què tiro mi silla de ruedas al mar? ¿no es mejor andar siempre con rueditas que masticar el polvo? 
Si tiro mi silla de ruedas al mar es porque creo que podès aprender a leer y entonces al menos por un momento algo tenga sentido.

viernes, 21 de octubre de 2011

los perros romànticos


En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar

R. Bolaño

miércoles, 12 de octubre de 2011

ya lo dijo marìa lluvia- Septiembre: me hacès temblar

O nunca subestimes el poder destructor de Octubre-

Me levanto a las seis de la mañana como no lo hacía hace mucho tiempo y descubro que hay un mundo todo vivo antes de que me levante y despuès de que me acueste, que se esconde detràs de mi dolor de muelas, mi tumor en la cabeza, la sordera de un oìdo que me genere la infecciòn.
Hay un hombre que pasea a su perro. Me dan ganas de decirle que èl no es viejo, que se vuelva a dormir, que los paseos de perturbaciòn se dan a las tres de la mañana, no a las seis y agarrarme la cabeza para sostener el dolor que va desde los dientes hasta el cuero cabelludo y largarme a llorar.
El subte a las seis y media de la mañana también anda y también lleva a la gente como ganado. Ganado que ha perdido todo y aún así se tiene que subir el subte, agarrarse la cabeza y no desarmarse del dolor. 


jueves, 6 de octubre de 2011

Jefecidio

Voy a salir del monoblock que tengo atorado en la garganta, voy a tirarme desde mi nuez como si mi cuerpo fuera un tobogàn, deslizàndome derecho hasta saltar el ombligo y elegir una pierna, sostenerme de algùn pelo como si fueran lianas y yo tarzàn hasta llegar al suelo, sacar el machete que tengo enfundado en mi pierna derecha y matar a mi jefe.
Voy a tardar dìas en llegar al tren, algunas horas en atravesar el obstàculo del hombre ballena en Constituciòn, trepar por su panza, caer en sus pliegues y resurgir invicta de los manotazos causados por las cosquillas.
Voy a correr por debajo de los ojos en bùsqueda de boleto hasta llegar a las filas de los trenes eléctricos, esperar agazapada para brincar sobre el lomo de cualquier zapato que vaya a meterse en el bagòn. 
Y una vez arriba voy a turnarme en el regazo de obreros, secretarias y cadetes. Escuchar atenta las conversaciones, treparme al hombro si hablan por celular y a su nariz para oir sus pensamientos. Voy a anotar en mi cuaderno rojo cada injusticia laboral. Voy a bajar del tren, caminar hasta mi trabajo, entrar a la oficina, meterme debajo del escritorio, sacar el machete y empezar.
Doy un machetazo y atravieso el cuero del zapato, otro machetazo y corto el hueso del dedo gordo. Se forma el primer charco de sangre en el piso. El resto es fàcil, salto hasta la garganta y le clavo el machete para que deje de gritar. La sangre empieza a salir con la fuerza de un hidromasaje y la belleza de una cascada.  Me imagino que la oficina es una pileta que quiero llenar y los gemidos de mi jefe son el ruido que hace la bomba.
Mi colega escucha los gritos y viene corriendo a ver què pasa. Antes de que entre enfundo mi machete y salgo coloradita, 
- ¿Què pasò? Me pregunta.
- Lo despedì. 

miércoles, 5 de octubre de 2011

Querido Pepe: te querìa avisar que no me llegò el mail que me mandaste en el que me decìas que vos tambièn me amabas. Hoy te fui a buscar al trabajo y te seguì unas cuadras pero no me animè a hablarte asi que ahora estoy afuera de tu casa con un hacha.
bueno te querìa decir eso nomàs
un beso grande
Marìa

martes, 4 de octubre de 2011

Còmo escribir una carta de amor. Práctiquìsimo instructivo para seres posmodernos.


1)     Elija el destinatario de su carta. Este es un punto importante porque no querrà escribir querido Ricardo si su amadx se llama Osvaldo o Alicia.

2)     Hágase una serie de preguntas. A ser:
-         ¿Con què sentido escribo esta carta?
-         ¿Què quiero comunicar?
-         ¿Còmo lo voy a hacer?
-         ¿Què resultados quiero obtener?

3)     Una vez que usted se haya cuestionado lo anterior estará listx para no escribir. Puede utilizar borradores incluso boletos de colectivo ya que es altamente probable que no supere el par de palabras. Procrastine. Aproveche a lavar los platos, hacer su liquidación de sueldo, vacunar al gato.  Lea cartas de otros a ver si se inspira, mire películas de amor. Analice los estilos literarios. Robe ideas.

4)     Atormente a sus amigos con sus dudas y vacilaciones. Cuente su historia, pregunte, pida consejos.

5)     Aleje lápices y lapiceras de su cama y acuéstese a dormir. Despabílese dando rienda suelta al o la poeta que lleva dentro y comience a escribir en su mente la mejor de las cartas. Desespérese por no poder anotarla.

6)     Levántese, busque lapicera o papel, o prenda su computador. Ha llegado el momento de escribir todo lo que se le ocurra. Hágalo de un tirón y sin pensar demasiado.

A continuación una carta a modo ilustrativo:

Querido Pepe:
Desde que te fuiste  no pude evitar la necesidad de decirte todas esas cosas que cuando estabas acá siempre nos encargamos de no hablar. Qué arbitrarios el tiempo y la distancia, te fuiste ayer y ahora siento  la inminencia de que salga algo de mi que sea mìo. Quiero decir que por alguna razón siempre lo que quise decirte cuando se encontraba con vos se transformaba en otra cosa, o mejor dicho yo me encargaba de transformarlo. No quiero decirte más cosas mutantes.
Cuando me dijste que te ibas a África ni siquiera pude preguntarte si volvías. Quiero que lo pases bien, que aprendas nombres de árboles y pàjaros, también conmigo.

Te extraño
Marìa.


7)     Ahora que ya cuenta con material será su propio editor.

Comience por tachar cualquier indicio de cursilerìa.  Elimine o sustituya palabras que hagan referencia a colores, la naturaleza o cualquier cosa nimia o bella.
No se exponga. Está científicamente comprobado por la universidad de La Poronga que las personas responden con mayor entusiasmo frente al desprecio o al desinterés.  Sustraiga las oraciones que contengan primera persona del plural y palabras como cariño, extrañar, amar o derivados. Recuerde que quiere recuperar o conquistar a la persona amada, no espantarla.

Si ha seguido las instrucciones correctamente su carta debería verse asì:


Querido Pepe: Espero que la pases joya en el congo Belga. No quiero decirte màs cosas mutantes.
Saludos!
Marìa.

sábado, 1 de octubre de 2011