jueves, 23 de diciembre de 2010

tenga ustè una feliz navidad y un pròspero año viejo

Los ùnicos que no envejecen son los muertos. Por eso cuando alguien muere a otro le toca envejecer. Fui una niña vieja.
Pensè en el sentido que tenìa para mi la navidad, le dije a Lucas Es una farsa, estàn todos muertos, hasta papà noel que casi nunca lo creì vivo tambièn se muriò.
Ahora me acuerdo de una vez que tuve que escribir mi autobiografìa para la escuela y marquè el correr del tiempo con la mesa que se achicayseachica en navidad. De alguna forma siempre hice que la navidad y la muerte se dieran la mano.
Papà noel murió sin que alguna vez lo dejara existir. Fui una niña vieja. Acaso lo soy.

sábado, 18 de diciembre de 2010

historia (La que se cree niña huye detrás del beat)

Había una vez un señor y una que se creía niña.
La que se creía niña no pararía de pronunciar o acaso lo haría huyendo. El señor esperaría una semana de noches, tal vez dos.
La que se creía niña no volvería.
El que se creía hombre ya no esperaría, acaso como si nunca lo hubiera hecho.


viernes, 10 de diciembre de 2010

un rec.

Me preguntò què animal serìa yo si fuera un animal. El colectivo se movìa aunque no màs ràpido que las imàgenes dentro de mi mente.
Me mirè los pies mugrientos y pensè en mi casa palacio, en los libros y los brujos, en la "coherencia y rectitud" de ese mundo despoblado de hombres donde cualquier señal por màs estùpida que fuera podìa cobrar el sentido del màs simple-comprensible-y explicable càlculo matemàtico. Pensè de nuevo en mis pies, en mi sombra humana en movimiento. Pensè en mi gato descansando en el sillòn Luis XVI y devorando un pàjaro con esas mismas garras y dientes. Pensè en mis pies mugrientos, en los muebles antiguos, en mis miles de manos y extremidades huyendo de mi sombra, en la jaula, en el pájaro, muerto. Pensè en cuando hace frìo y me quedo quieta para que me acaricien el pelo, que se expande como una enredadera, tan quieta como puede estar alguien que en algùn momento va a saltar, abrièndo sus manos, como un gato.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

domingo, 5 de diciembre de 2010

o el monstruo que vive abajo de mi cama

En algùn lugar entre mi almohada y mi mesa de luz està el triàngulo de las bermudas. Hace semanas que cualquier vidrio, espejo o idea que estè a unos metros a la redonda, de alguna u otra forma termina estrellada a centìmetros de mi cabeza.
El que una idea, vidrio o espejo se rompa en mil pedazos tan cerca de donde una apoyarìa el pie, hace que salir de la cama se convierta en una odisea tal vez innecesaria.