viernes, 20 de noviembre de 2009

no me importa lo que diga lacan

Me encanta escribir y me gusta como escribo. Me encanta cantar y no me gusta como canto. Pero me encanta cantar y quiero hacer lo que me encanta. Hay algo que se escapa entre el cantar y lo cantado. Cuando canto el goce està en el siendo y no en el producto, que es esa voz que no entiendo como mìa. Me gusta cantar y es un gusto visceral. Me gusta sentir el aire en mi panza y sentir la carrera de ese aire acariciando la garganta, convirtièndose en voz. Me gusta usar la boca, los pulmones.
Cuando escribo no pasa lo mismo. No hay un lazo entre lo que quiero decir y lo que digo. Pero no porque simplemente no se enlace lo que siento con las palabras. Màs bien porque creo, y quizàs suene terrible, que no hay nada para enlazar porque suelo sentir en palabras o en imàgenes, que para el caso es lo mismo. Cuando escribo no se me escapa eso que se me escapa el resto del tiempo. Eso que me hace correr. Cuando escribo me desparramo en el papel, me proyecto en algo blanco sin el resto de las cosas. Ahì va una hormiga caminando, y ahora otra, y ahora otra.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y te desparramás inmensa, como esa mujer que crece. no? esa que va mojando todo lo que toque, cada palabra que se le caiga. la misma, esa que ahora llueve sobre mis caléndulas, y que moja la ventana por la que las miro. sí. maría lluvia, caés inevitable, y empapás.

te quiero (con mayúsculas salvajes)

marìa lluvia dijo...

dicho con ojos inmensos de sorpresa: te zarpàs