El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.
Hasta que un día otro lo para, lo detiene
y lo reduce a voz, a piel, a superficie
ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
la oculta soledad aguarda y tiembla.
rosario castellano, amor
3 comentarios:
Hermoso. Te brotan las palabras.
M
Chu, qué lindo...
a rosario le brotaon, yo solo las copiè :), sì màs bonito...
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