jueves, 24 de febrero de 2011

El que se va se lleva su memoria,
su modo de ser río, de ser aire,
de ser adiós y nunca.

Hasta que un día otro lo para, lo detiene
y lo reduce a voz, a piel, a superficie
ofrecida, entregada, mientras dentro de sí
la oculta soledad aguarda y tiembla.


rosario castellano, amor

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso. Te brotan las palabras.
M

todojunto dijo...

Chu, qué lindo...

marìa lluvia dijo...

a rosario le brotaon, yo solo las copiè :), sì màs bonito...