domingo, 13 de diciembre de 2009

Pienso que estos dìas me he quedado sin palabras. Muchas veces sin palabras, anideica, un cuerpo solo recostado en el mundo. Me pregunto por mi desnudez y mi miedo. Tan mìo. Me pregunto si acaso aquellas veces en que me encontrè desvista podrìa haber estado màs desnuda. Me respondo que sì, y que tambièn hubo veces en que mi cuerpo desnudo se encontrò a la intemperie bajo kilos de ropa puesta en dìas invernales. Me pregunto entonces por què me daba tanto miedo mi desnudez, esa que los demás pueden ver y que no necesariamente me convierte en vulnerable. Me respondo entonces, que serà cuestiòn simbòlica.
Pienso que a pesar del miedo no paro de desnudarme. Porque me gusta vivir y así entiendo la vida. Porque trato de subir y bajar, de viajar y de volver, de volar y de caer sin tanta ropa encima. Y eso, da miedo. Y eso, no lo puedo evitar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la vida da miedo o no tiene ninguna gracia.

sigue así.

d+b

Anónimo dijo...

miego como petróleo llevándoselo todo, del que se pegotea en las llemas de los dedos, del que embarra el pelo, del que devora aquellos peces.
aquí, bicho, otra miedosa embadurnándose de tus letras.