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domingo, 22 de abril de 2012

todos esos nombres aplastados por la nada

Veo todos esos nombres que pisoteè o me enterraron siendo una sola cosa. Trato de ver su parto, hacer la genealogìa de su mùsica. Sonrìo ahora que Sublime, Postishead, Totò no vienen con caras agregadas.
Sòlo sobrevive quien no se deja repetir, el que atienda su juego, y el que no, el que no...
Ahora saltando un poco a la derecha de la soga ¿Cuàntas imàgenes habrè suplido? Se necesita un rasgo, solo uno. Si me habrè prendido de barrios, nacionalidades, incluso la expresiòn de abrir grandes los ojos,  regar una planta con paciencia infinita.
Todo ese barro inevitable cubriendo las miles de caras que atormentan a un sólo nombre. No soy màs que mentiras que me asesinan, escondidas detràs de la sinceridad absoluta que si sabe de algo con su grandeza es esconder. Una y otra vez como si no existiera el tiempo ni quien fuera salvador. No hay a quien mentirle, a quien dejar.
Sin embargo esta mano, ese pie que beso, los moretones ancestrales de la piel ahì estàn, ya amarillos como las hojas con su tiempo.

martes, 29 de noviembre de 2011

Su cara había empezado a deformarse mientras una tribu huìa de su boca. Su piel se arrastraba hacia atrás como si un violento viento en contra la embistiera ¿y si acaso el viento no existiese?
Entonces esta persona corre y la tribu corre. Corren tanto que la palabra corre deja de tener sentido. Co rre, Co Re, corren: yo, tú, el, ella, la tribu, vosotros. Y nosotros no corremos.
Pero la cara se transforma, los cachetes vuelan hacia atrás, los ojos se achinan, la boca se abre vomita a una tribu ¿y el viento? Ese día no existe. Entonces corre, corre la tribu de la cara deforme. Yo, tú, vosotros, el, ella,  nosotros ¿de qué corremos?

jueves, 27 de octubre de 2011

URNOTALONE parte II

http://nidosentupelo.blogspot.com/2011/08/u-r-not-alone.html

Si tiro mi silla de ruedas al mar no me quiero arrastrar. Me refiero... no sè  a què me refiero ¿a mostrarme castrada? La cuestiòn es que no quiero reptar hasta encontrar una silla nueva y así rodar como la lisiada que soy. Si tiro mi silla de ruedas al mar es porque creo, en algo creo.
No creer es lo que siempre supe hacer, no creer en nada ni en dios, el diablo, papá noel, papá sólo. No creer es duro asì que por algún tiempo cuando me preguntaban si entonces era nihilista decía que no, que yo creía en el amor. 
Yo no sé què es creer en el amor ¿creer en las personas, en la tierra, en las plantas? Creer es un verbo difìcil.
Y sino creo ¿por què tiro mi silla de ruedas al mar? ¿no es mejor andar siempre con rueditas que masticar el polvo? 
Si tiro mi silla de ruedas al mar es porque creo que podès aprender a leer y entonces al menos por un momento algo tenga sentido.

martes, 27 de septiembre de 2011

Greatest Hits de Lacan

Hay veces, cuando voy a ciertas clases o seminarios psicoanalíticos, que me pasa lo que contrariamente -imagino- desearían los expositores. Quiero decir que detrás de ese banco-mostrador escuchoveo seres humanos que no elevándose por sobre su humanidad, se hunden en el patetismo de reducir su tan amada capacidad de lenguaje al mero hecho de hacer enunciados.
Las cosas ya no existen porque las palabras ya no flotan sobre ellas sino que las asesinan. El secreto oscuro de la humanidad queda aplastado por un manojo de símbolos, paréntesis y pesos pegados en la pizarra.
Entonces me imagino que el parlante piensa: Si lo real está del lado de lo imposible, siempre hay un hiato, algo se escapa entre lo que digo y quiero decir y nadie está entendiendo nada, será que lo estoy diciendo bien.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

ríe

Salimos de ese universo de baba, de ese festival de fluidos de bocas abiertas y de manos convulsas. Nos salimos de una película monstruosa de màscaras y pelucas, de mutantes y hombres x.

Y descubrimos la risa.

Nos reìmos una cuadra entera tal vez dos, con la sensación rara de no estar seguras de nosotras mismas, acaso de nuestra moral, de carcajear en un mundo en el que cabían tantas cosas terribles.

La risa salva. Recorre el cuerpo sumergido en la inmundicia haciéndolo saltar y tomar aire para no morir entre la porquería. Encontramos la risa como la única opciòn para seguir andando frente a la muerte, la violaciòn, la miseria. Llorar no puede ser la opciòn eterna porque detiene. La risa tampoco, pero salva.

lunes, 8 de agosto de 2011

U R NOT ALONE

Irse a la cama todos juntos. Vos, yo, tu vieja, tu viejo, los míos, la maestra de primaria, nuestros ex. Ahí todo el mundo tiene voz y voto, somos miles. ¿Qué es eso de vos y yo? La cama es un lugar grande que aloja y aloja, una gran orgía popular en cada cogida, aunque no acabes, aunque no esté ni yo. Tu abuela creo que también está abajo de la almohada, el fantasma de la mía. La mierda en bote o en pote, nunca supe como era. La mierda que me dijeron que te comparta sin ahogarte.

Miro a mi alrededor la caca desde el bote mínimo. Quiero hablarle a alguna de esas personas y que me diga qué hacer. Pienso en quién, pienso en cada uno. Me doy cuenta que todos somos lisiados del amor. Entonces ¿a quién le voy a preguntar? Es deprimente, pero me da risa. Es un barco mínimo, navegando en un mar de mierda, repleto de paralíticos.

martes, 19 de abril de 2011

cosas que una piensa, sobre todo en los colectivos

Este verano también descubrí muchas cosas. Por ejemplo que me sale no llorar sino quiero y que aunque no lo haga no soy ni más fuerte ni menos debilucha y que si es algo controlable entonces no es interesante y que si el mundo se dividiera entre los que lloran y no, prefiero seguir siempre y sin dudarlo en la categoría de llorona. Que aunque no sea poético ni genial me gusta pensar que las personas pueden dividirse en categorías tan poquitas como dos y decirlo como si lo creyera para al rato hacer una categoría nueva y entonces estar dentro del grupo de personas que hace ese tipo de cosas y no en las que no. También que me gusta hacer listas como si de ello dependiera mucho mi vida y después ir tachando o dejarlas en el piso hasta hacer una nueva.

Que no me gusta vender nada y no soy buena para hacerlo, que hacer semáforo con malabares me parece que puede llegar a ser un trabajo tan desgraciado como cualquier otro cuando es la única opción y que no me gustan las únicas opciones.

Que viajar sola es crecer y madurar y aprender y estar atenta y ser responsable y son todas cosas que no quiero hacer todo el tiempo, pero que me gusta saber que puedo hacer. Que me da un placer inmenso cuando escribo, repetir palabras y no encontrar que arruinan la escritura. O mejor, encontrar placer en que no me importe que se arruine la escritura.

Aprendí que me gusta mucho comprobar que todo es soltable, y que puedo correr hasta romper el elástico. Que me gusta mucho y que siempre me termina por doler, inevitablemente, y que en el fondo el elástico no se rompe, se estira, te pega y te hace volver, pero aún así.

Que me encanta dar consejos súper románticos que yo jamás seguiría porque no me animo, porque todo lo anterior y más que nada porque la palabra romántico es horrible, no como romanticismo que no es cursi.

Que me gusta la lluvia, pero más me gusta cuando después de muchos días de llover aparece el sol. Y que al contrario me gusta que gusten de mi pero es tanto más divertido si no. Que muchas veces odio a mi familia pero me encanta que sea la que es y estemos todos tan locos. Que odio cuando la gente se autodefine loca. Que amo las contradicciones y a veces no las soporto.

Que siento culpa porque me guste escribir tanto acerca de mi, pero que no siento culpa por decir que no me gusta trabajar. Y que eso es porque aunque sea atea tengo una puta moral católica y no como Mathi que tiene una puta moral protestante. Que hay un montón de cosas en las que creo con el corazón y por culpa de ese bicho cultural y religioso todavía no las puedo sentir con el cuerpo. Que no quiero decir maldiciones machistas como putamoralcatólica pero que todavía me cuesta encontrar las que me gustarían espontáneamente. Que antes no me gustaba hablar mal, pero ahora lo encuentro divertido y qué vivan las malas palabras pero tampoco tanto como las hace vivir mi papá.

Que no me gusta escribir largo porque siento que aburro y no puedo entender que alguien dedique tiempo a leer mis palabras y lo mismo me pasa cuando toco la guitarra, nunca hago una canción entera, solo hasta el estribillo y mucho más rápida de lo que es, así se termina antes eso de cantar, que me escuchen, que me enjuicien ay. Que a veces tengo la autoestima baja y otras, dios sabrá por qué, no.

miércoles, 13 de abril de 2011

Soy la clase de persona que siempre tiene las uñas sucias. No importa cuàntas veces me lave las manos, la mugre no sale. Y si sale no alcanza a dar media vuelta que ya está de nuevo ahì para quedarse.

Me niego a ser la única que acarree un cepillito en el llavero.

No me canso, a mi pesar, de buscar explicaciones que màs bien son justificaciones por vacilar entre su carácter ciéntífico y moral, parecido a lo que Lacan decìa del psicoánalisis que se la pasa pivoteando entre la ciencia y la religión.

Entonces, los supuestos de mis uñas roñosas -ahora se me ocurre que quizàs una fuerza natural de atracciòn entre las palabras con letras inusuales como la ñ podrìa estar haciendo de las suyas- variaban en que: soy alguien que anda mucho por la calle y en bici (las manos transpiran y la mugre podrìa estar deslizàndose por debajo de las uñas); hago muchas cosas con las manos -sí, a partir del mono podrìa decirse que eso es normal-, que mis uñas -este suele ser uno de los argumentos màs recurrentes- tienen una forma especial que hace que quepa màs suciedad de la corriente porque por màs de que me las corte cortitas si quiero que no me duela la parte blanca y vacìa debe continuar ahì, lista para ser llenada.

Cada vez que pienso en este tipo de cosas miro alrededor a la gente que anda mucho por la calle, en bici, que hacecosasconlasmanos, que tiene uñas con la parte blanca... VACÌA.

Cuando veo que el mundo derrumba todas mis hipótesis, sòlo me queda por pensar que la sociedad me oculta cosas.

viernes, 10 de diciembre de 2010

un rec.

Me preguntò què animal serìa yo si fuera un animal. El colectivo se movìa aunque no màs ràpido que las imàgenes dentro de mi mente.
Me mirè los pies mugrientos y pensè en mi casa palacio, en los libros y los brujos, en la "coherencia y rectitud" de ese mundo despoblado de hombres donde cualquier señal por màs estùpida que fuera podìa cobrar el sentido del màs simple-comprensible-y explicable càlculo matemàtico. Pensè de nuevo en mis pies, en mi sombra humana en movimiento. Pensè en mi gato descansando en el sillòn Luis XVI y devorando un pàjaro con esas mismas garras y dientes. Pensè en mis pies mugrientos, en los muebles antiguos, en mis miles de manos y extremidades huyendo de mi sombra, en la jaula, en el pájaro, muerto. Pensè en cuando hace frìo y me quedo quieta para que me acaricien el pelo, que se expande como una enredadera, tan quieta como puede estar alguien que en algùn momento va a saltar, abrièndo sus manos, como un gato.

jueves, 16 de septiembre de 2010

4 pasos, el camino de la resignaciòn

1- Comience por sentirse miserable, despreciable y poca cosa. Enumere sus desgracias, clasifìquelas (use el criterio que prefiera, a ser: fechas, tipos (mala salud, mal de amores, mala leche, mala fortuna, mal de dinero, mal de todos los males, etc.)
2- Piense que todo lo que le podìa salir mal saliò mal. Que usted està en un pozo muy profundo (què oscuro ese pozo). Que usted le sonriò a la vida y la vida le mostrò el culo. Imagìnese (de imagen) que todas las cosas que le salieron bien fueron opacadas por la sombra de lo terrible - y ahora lo bello es eso que tambièn lastima-.
3- Retome la escena del pozo profundo y oscuro. Diga en voz alta "Toquè fondo" y sonrìa. Piense que ha llegado al tope de la desgracia, que usted se siente tan mal que no podrìa estar peor y eso es algo bueno, porque ahora se encuentra con una suerte de escudo, algo asì como inmunizado al incremento de dolor.
Ya està listo:
Sièntase como un tigre que soporta otra raya.
4- Lo cierto es que el pozo siempre puede hundirse un poco màs, y nuestra caìda ser un poco màs profunda. Es el momento de la verdadera resignaciòn. Tome nota de que usted no es un tigre y cada nueva raya deja marca. Sitùese a un costado de la vida como quien mira las cosas pasar y ya no puede ni le interesa hacer nada. Nada.

martes, 8 de junio de 2010

La casa

Mudarse es agitar las cosas, soplar el polvo. No tuve tiempo para pensar desde que llegué, no sé si acaso de sentir. Tampoco sé si se requiere de tiempo o de pensamiento para que sea posible significar los sentimientos. No es una discusión que me quiera dar ahora, tal vez también por falta de tiempo, o a lo mejor por falta de interés.
La cuestión es que cuando uno se muda tiene la posibilidad, si quiere, de observar la movilidad de las cosas. Qué es posible de ser movido y qué no. O peor aún, algo más temido, ver qué es lo que se lleva inevitablemente. Cuáles son las cosas que parecieran estar fuera de nuestro cuerpo pero que al fin y al cabo sobreviven inalterables a cualquier movilización. Yo todavía no sé de esas cosas. Sólo sé que últimamente la excusa del tiempo me viene bien.

martes, 13 de abril de 2010

Estos demonios

Me duele la muela y deslibidinizo el mundo. Ya no hay nada fuera del dolor. Ya no hay nada dentro del dolor. No hay pobreza, no hay injusticia, no hay lugar vacìo en mi cama que llenar. El dolor es tan grande que aplasta todo. Hasta la historia. Me duele la muela y deslibidinizo el mundo. Nunca hubiese pensado en la importancia de los dentistas para que sea posible pensar en el amor y la revoluciòn, que quizàs sean lo mismo.

sábado, 3 de abril de 2010

los viajes, esos parèntesis

Viajar es un cìrculo vicioso. Màs que nada cuando hacès dedo porque la gente que te levanta es la que puede entender que estès en el medio de la ruta con el pulgar hacia arriba y poco equipaje. Y generalmente si puede entender eso es porque le gusta viajar. Si le gusta viajar de lo primero que se va a hablar es de dònde se viene y a dònde se va, y despuès , a dònde se ha ido y a dònde se irà.
Todas esas charlas de lugares increìbles del norte y del sur, de un u otro lado del charco, despiertan.
Y ahì te quiero ver.

lunes, 22 de febrero de 2010

El colectivo arranca vacìo. Vamos el chofer y yo en algùn asiento de atràs, pero yo bien podrìa no estar -El colectivo que viaja vacìo es una de esas imàgenes que se condice con el sentimiento que uno tiene al toparse con la imagen que lo representa, una de esas imàgenes que a su vez deja de ser lo que es en el momento en que es presenciada por un par de ojos- El colectivo que no viaja vacìo porque voy en èl, aunque chiquita, hay que hacerse cargo de la propia existencia.

jueves, 21 de enero de 2010

martes, 15 de diciembre de 2009

para colmo de males

y lo peor es que algunas personas creen que romanticismo es el amor para toda la vida o esos horribles osos de peluche