O nunca subestimes el poder destructor de Octubre-
Me levanto a las seis de la mañana como no lo hacía hace mucho tiempo y descubro que hay un mundo todo vivo antes de que me levante y despuès de que me acueste, que se esconde detràs de mi dolor de muelas, mi tumor en la cabeza, la sordera de un oìdo que me genere la infecciòn.
Me levanto a las seis de la mañana como no lo hacía hace mucho tiempo y descubro que hay un mundo todo vivo antes de que me levante y despuès de que me acueste, que se esconde detràs de mi dolor de muelas, mi tumor en la cabeza, la sordera de un oìdo que me genere la infecciòn.
Hay un hombre que pasea a su perro. Me dan ganas de decirle que èl no es viejo, que se vuelva a dormir, que los paseos de perturbaciòn se dan a las tres de la mañana, no a las seis y agarrarme la cabeza para sostener el dolor que va desde los dientes hasta el cuero cabelludo y largarme a llorar.
El subte a las seis y media de la mañana también anda y también lleva a la gente como ganado. Ganado que ha perdido todo y aún así se tiene que subir el subte, agarrarse la cabeza y no desarmarse del dolor.
3 comentarios:
Me gusta la parte del ganado que ha perdido.
Y no tenes un tumor en la cabeza, y si lo tenes, no es ese que pensas que tenes.
Estoy aburrida.
besoooooooooo
Laura Oh
ni la benevolencia de noviembre..
todo era y todo será antes de nosotros.
"Y nunca sabrán que nos hemos ido"...
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