y entonces cuando ya no me queda nada
y todo lo que queda no lo quiero
y ya ni me puedo imaginar eso que antes sì
me doy cuenta que despuès de las siestas
no hay otra opciòn vàlida que la de seguir durmiendo
que mis anteojos ya no me sirven
sino para que sean hace meses, esos
dos redondeles en la mesa
3 comentarios:
suspiro.
(te leo) y me encantás.
anonimx
uu uu el anonimato
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