(Abrir la boca grande, muy grande, como para que salgan los monstruos)
Dejarse estar, un grave error, de esos que no se olvidan, como cuando a los seis le dije a la peluquera que me corte el pelo por abajo de las orejas, cuando en realidad querìa que fuera por arriba de los hombros.
Llorè.
(La debilidad del lenguaje, la precariedad de la boca)
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