En una puerta sin importancia
despierto a las horas
advirtièndoles
que soy un bicho con mucho hambre,
que mis manos, a pesar de pequeñas,
tienen la fuerza de una hiena.
Les digo: horas, casi tiempo
no son las ùnicas que duermen.
Detràs de esta alegrìa tengo una furia dormida
Se puede despertar
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