miércoles, 20 de julio de 2011

sábado, 16 de julio de 2011

Cómo enamorarse de alguien en tres estaciones de subte


1- Elija el subte como medio de transporte. Pague su boleto o engañe al molinete. Espere en el andén.

2- Busque una persona atractiva. Intercambie miradas, acérquese, suba al mismo vagón.

3- Mire, sea mirado, sonría mientras baja la cabeza. Repita este paso mientras le atribuye cualidades a la persona en cuestión.

4- Observe cómo la cara del objetivo comienza a mostrar indicios de iniciar una conversación.

5- Repita el paso 3, esta vez como si usted fuera una señorita de principios del siglo XIX que se sonroja mientras tapa su boca con el abanico. Levante su mirada con menos frecuencia hasta boicotear cualquier posibilidad de acción.

6- Sitúese en su última estación. A esta altura (el paso tres tiene que haber sido practicado reiteradas veces) la persona debe ser además de atractiva, graciosa, buena amante, inteligente, perspicaz, estrella de rock, atleta, poeta y sensible.

7- Descienda del tren, sea saludado por la persona y responda con un chau seguido de una larga mirada con expresión de preañoranza. Sienta decepción al comprobar que el sujeto en cuestión no está descendiendo con usted. Reflexione en que es probable que el amor de su vida se haya ido junto a ese tren.

8- Diríjase hacia la salida recordando lo sucedido en las tres estaciones, es decir en los pasados siete minutos. Diga para su interior que en ese tren efectivamente se fue el amor de su vida y que lo probable es que no lo vuelva a ver. Sienta cómo se encoje su corazón.

9- La persona en cuestión, desde ese momento en adelante no será sólo atractiva, graciosa, buena amante, inteligente, perspicaz, estrella de rock, atleta, poeta y sensible, sino que será como Gardel, que cada día que pasa canta mejor.